E-scooters: ¿el centro del ecosistema moderno de movilidad?

Estimados Amigos de los vehículos eléctricos, en esta oportunidad
les hago llegar un interesante artículo sobre un movil electrico que
ultimamente se esta haciendo muy popular.

Saludos cordiales
Ing. Ricardo Berizzo
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  E-scooters: ¿el centro del ecosistema moderno de movilidad?

Niklas Joensen, Gerente General de Lime para la región nórdica, nos da una idea de por qué los e-scooters, con una regulación más refinada, pueden actuar como catalizadores en el viaje a ciudades neutras en carbono.

La crisis climática es real. La necesidad de soluciones y nuevas tecnologías para reducir la contaminación del aire y las emisiones de carbono es, sin duda, urgente. Los países y las empresas de todo el mundo están estableciendo objetivos ambiciosos, pero ¿son suficientes? ¿Estamos actuando lo suficientemente rápido?
Copenhague, una ciudad que me enorgullece llamar hogar, recientemente se estableció el ambicioso objetivo de convertirse en carbono neutral para 2025. Dinamarca se ubicó en el primer puesto del Índice de Desempeño del Cambio Climático en 2019 y ya está a la vanguardia en lo que respecta a la lucha contra el cambio climático.

Sin embargo, los objetivos ambiciosos de la ciudad como este requieren acción a nivel de base y todos nosotros - comunidades, empresas y ciudades - necesitamos trabajar juntos. La frase "se necesita un pueblo para criar a un niño" definitivamente es verdad aquí; La crisis climática nos llevará a todos a resolver.
Las nuevas formas de movilidad son una forma en que todos podemos hacer cambios pequeños pero impactantes todos los días. Los scooters eléctricos llegaron por primera vez a las calles de Copenhague hace poco más de un año y tienen un papel importante que desempeñar para reducir la dependencia de las personas en los automóviles para viajes cortos. Con una longitud de viaje promedio de 1,5 km, los scooters son una forma sostenible, accesible y asequible de abordar el problema de la "primera y última milla" y pueden conectar a las personas con los centros de transporte para desplazarse o simplemente hacer mandados.

                        

En ciudades como París, que a menudo se ve como el epicentro mundial para la adopción de un e-scooter, los e-scooters han reemplazado 1.2 millones de viajes en vehículos motorizados y han evitado que se emitan más de 330 toneladas de CO2 a la atmósfera, según un informe independiente. Las proyecciones también indican que para 2030, la creciente adopción de scooters electrónicos podría evitar más de 10,000 toneladas de emisiones de CO2 y 300 kg de contaminación local por partículas anualmente. Un informe separado, en Oslo, mostró que el ocho por ciento de los viajes en e-scooter reemplazan un viaje en automóvil, cifras que seguramente no podemos ignorar. Los datos de Lime muestran que los viajes en scooter electrónico en la capital danesa han ahorrado más de 32 toneladas de CO2 que se emiten a la atmósfera, y aproximadamente la mitad de los conductores usaron los scooters en combinación con alguna forma de transporte público.

 Los E-scooters merecen un lugar creíble dentro de los planes de la ciudad para la movilidad y el transporte sostenibles. Con los avances en la industria, como el aumento de la vida útil del scooter (ahora a los 18 meses), la electrificación de los vehículos de apoyo y el 100% de los depósitos de energía renovable, la industria está haciendo su parte justa para reducir su impacto.
La regulación inteligente del e-scooter es una forma en que las nuevas formas de movilidad pueden incluirse con éxito y tener la oportunidad de tener un impacto en los objetivos climáticos de la ciudad. En este momento, en Copenhague, una mejor regulación puede ayudar a incentivar buenos comportamientos y prácticas sostenibles mediante el establecimiento de reglas "dirigidas al desempeño" para que todos las sigan. Por ejemplo:

    Limitar la cantidad de compañías de scooters que pueden operar y priorizar solo a aquellos que mantienen los más altos estándares de sostenibilidad es clave para garantizar que las operaciones de scooter no cancelen el impacto positivo. Los permisos de la ciudad para operar solo deben otorgarse a las empresas que cumplen con estos altos estándares
    Las ideas y el intercambio de datos anónimos deben estar en el centro de la regulación inteligente. Las compañías de scooters electrónicos tienen acceso a información que puede tener un impacto enormemente positivo en las ciudades y ayudar a dar forma a futuros planes de infraestructura ecológica, como nuevos carriles para bicicletas.
Las ciudades deben tener el poder de exigir el estacionamiento administrado de e-scooter en áreas de alto uso peatonal.
Los objetivos climáticos ambiciosos solo se pueden alcanzar juntos, ya que toma acciones consistentes y colectivas para impulsar un cambio duradero. Los E-scooters representan estas acciones pequeñas pero sostenibles y los números y la cantidad de CO2 ahorrada es una prueba de que debemos adoptar estas nuevas formas de transporte, darles espacio para florecer y regularlas con sensatez para elevar el estándar.

Fuente:   https://www.intelligenttransport.com/transport-articles/96717/


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El transporte eléctrico, una matriz energética privilegiada............................


Estimados Amigos de los vehículos eléctricos, en esta oportunidad les hago llegar un artículo propio.

Saludos cordiales
Ing. Ricardo Berizzo

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El transporte eléctrico, una matriz energética privilegiada y una firme determinación convierte a Oslo en una ciudad más ecológica.

Es poco probable que la experiencia individual o colectiva sea replicada en su totalidad. Diferentes factores hacen esto imposible, partiendo básicamente en que los pueblos y las geografías tienen sus características propias. Pero siempre puede ser un interesante desafío reproducir, de alguna manera, políticas  que benefician a una ciudad, país o al planeta en general.

Podríamos analizar la experiencia de Noruega un país de  5,3 millones de  habitantes. Energéticamente  es privilegiado ya que su matriz  se caracteriza por ser una gran productora de energía renovable, cerca del 99%, debido a generación hidroeléctrica. Hay también un gran potencial en energía eólica, energía eólica marina y energía de olas, así como producción de bio-energía desde la madera.

En particular, su capital Oslo, con apenas 700.000 habitantes,  puede servir de referencia para muchas grandes urbes para que cambien hábitos que propician el calentamiento global o aumentar sus esfuerzos por reducir sus emisiones contaminantes que  inciden considerablemente sobre el cambio climático. Oslo se ha tomado muy en serio la lucha contra el cambio climático por lo que hace años que ha comenzado a tomar medidas en contra de la contaminación.

Desde 2016, la capital cuenta con un "presupuesto climático", una iniciativa de 42 medidas separadas en tres sectores:

1.      energía y entorno construido      2.-  transporte       y           3.-  recursos.

A raíz de este plan, las emisiones de dióxido carbono se contabilizan como si se tratara de un "presupuesto financiero".

Solo en el primer trimestre del  año 2019, dos de cada tres autos que se vendieron en Oslo fueron eléctricos y uno de cada cinco autos privados que circulan por la ciudad son eléctricos. En Noruega los autos con motor de combustión pagan más impuestos que los autos eléctricos, además de circular sin pago de peajes por las autopistas y pueden usar las vías exclusivas para buses.


Otro de los proyectos emblemáticos de la ciudad son sus plantas incineradoras de residuos. Una vez que las personas separan sus residuos, la municipalidad los lleva a estas plantas. El desperdicio de alimentos, junto con otros materiales biológicos, se convierte en biogás y biofertilizante, mientras que los residuos plásticos son manejados por Grønt Punkt Norway (empresa privada sin fines de lucro responsable de financiar la recuperación y el reciclaje de envases usados) y terminan como nuevos productos plásticos. Los deshechos residuales se incineran y se convierten en calefacción urbana para la población de Oslo.

Oslo quiere reducir sus emisiones en un 36 por ciento, tomando como referencia los niveles de contaminación de 1990. De aquí a 2030, el propósito es reducirlas en un 95 por ciento.

 

El "presupuesto climático" de Oslo arrojará datos sobre el rendimiento de las medidas tomadas en la ciudad de tal forma que quede claro si se está más cerca o no de las metas trazadas.

A raíz de estas y otras tantas medidas que se han tomado tiempo atrás, la ciudad de Oslo fue declarada Capital Verde de Europa 2019. Anualmente se realiza una competición entre ciudades de más de 100.000 habitantes de los estados miembros de la UE,  Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza. Los ganadores demuestran registros bien establecidos de altos estándares ambientales y un compromiso para establecer objetivos ambiciosos para el progreso ambiental futuro, respaldados por la aplicación práctica del desarrollo sostenible. Los esquemas tienen un enfoque particular en el crecimiento verde y la creación de empleo. Diez ciudades han ganado el Premio Capital Verde Europea: Estocolmo (2010-Suecia), Hamburgo (2011-Alemania), Vitoria-Gasteiz (2012-España), Nantes (2013-Francia), Copenhague (2014-Dinamarca), Bristol (2015-Inglaterra), Ljubljana (2016-Eslovenia), Essen ( 2017-Alemania), Nimega (2018-Paieses Bajos) y Oslo (2019-Noruega).


Todas estas  ciudades y países que de acuerdo a sus posibilidades vienen trabajando contra el cambio climático y una mejor calidad de vida son un estímulo positivo que de alguna manera contrasta con los magros resultados de la COP25 realizada en Madrid en el 2019. Las diferencias entre los países en esta negociación han sido tan grandes que, de nuevo, no se ha podido llegar a un acuerdo. El tramo final de la negociación lo protagonizó el enfrentamiento entre Brasil —interesado en poder utilizar el mayor número de créditos de emisiones que ha generado desde la entrada en vigor del Protocolo de Kioto— y la Unión Europea, preocupada porque su mercado de derechos de emisiones se pueda ver inundado de ese tipo de créditos si no se fijan controles estrictos.

Quizás sería más  conveniente  dejar de lado esta trampa para el planeta que son los créditos de carbono ya que la contaminación es contaminación donde se realice y solo lleva a discusiones interminables que lo único que produce es una dilatación en el tiempo de medidas efectivas globales para la descarbonización del planeta  y la disminución de residuos de cualquier tipo.- 


Ing. Ricardo Berizzo

Cátedra: Movilidad Eléctrica

U.T.N.Regional Rosario







 


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