Importante incremento de la autonomía del coche eléctrico en los últimos años
En los últimos tiempos estamos observando cómo los fabricantes se apresuran por lanzar coches eléctricos con cada vez más potencia y más batería. Y no es para menos, a medida que el tiempo transcurre la competencia es más reñida, porque los puntos claves de la movilidad eléctrica son el precio inicial y la autonomía. Podríamos decir que el primer punto depende del mercado/tecnología en un mix combinado que merece un artículo aparte. Mientras que el segundo, en un gran porcentaje, depende del desarrollo tecnológico de las mismas.
En el artículo de Brais Rodriguez en el sitio www.forodecoches electricos.com enumera los puntos que debería cumplimentar un auto eléctrico perfecto destinado al mercado de masas. Dos de las características, de seis, que debería poseer están relacionadas con la batería y la carga: "Batería con un mínimo de 40 kWh útiles", "Recarga a 100 kW". Características íntimamente relacionadas con el desarrollo tecnológico que se viene observando al que habría que sumarle la tecnología de comunicación para control de carga, aspecto que generalmente no se menciona pero que es vital para un funcionamiento correcto y seguro del sistema de almacenamiento y recarga.
Bien, hay buenas noticias!! El argumento esgrimido por los vehículos que utilizan combustible líquido es su autonomía respecto a la ofrecida por los primeros coches eléctricos está perdiendo sustento. Esta diferencia, basada más en el soporte de una red de estaciones de carga verdaderamente capilar a nivel global, ha sido la gran ventaja esgrimida durante décadas. La realidad del mercado actual de automóviles muestra cómo, este factor se ha reducido hasta el punto de que, en los próximos años, no servirá como elemento diferenciador.
Y no es para menos, desde que la República de China presentó (2015) su plan estratégico Made in China 2025 que entre muchos objetivos pretende disminuir la polución ambiental a través de la descarbonización de su matriz de generación de energía eléctrica y el reemplazo paulatino de los motores de combustión interna por eléctricos. Ello llevó a que la industria automotriz tradicional, aletargada por voluntad propia, saliera de su burbuja de sueño y tomara la movilidad eléctrica con la seriedad que merece. Nadie se quiere perder tener una participación del mercado automotriz chino que corresponde a números de ventas que superan con creces lo que se considera normal en occidente. Este y otros factores llevó a que en los últimos años se esté trabajando/estudiando/investigando con un vigor no visto antes para alcanzar la mayor densidad de energía almacenada (Kw/kg) y lograr el menor tiempo posible de carga.
En referencia a la carga eléctrica de los vehículos, la carga rápida en corriente continua ha convertido en realidad la posibilidad de viajar en un vehículo eléctrico siempre y cuando se cuente con una infraestructura de recarga adecuada. Pero los tiempos de recarga que ofrecen las estaciones actuales no son suficiente para responder a las exigencias de los consumidores. La tecnología está logrando que esta operación se aproxime cada vez más al tiempo que se tarda en rellenar un tanque de combustible. La recarga ultrarrápida es ya una realidad tecnológica a la espera de que los vehículos se adapten a ella para multiplicarse en las carreteras.
De acuerdo al informe de la International Energy Agency (IEA), comprendido en el Global EV Outlook 2021 (https://www.iea.org/reports/global-ev-outlook-2021) en tan sólo cinco años, el coche eléctrico (nivel global) ha conseguido aumentar su autonomía por encima del 60%.
Según el estudio, en 2015, el alcance medio del coche eléctrico se encontraba en torno a los 211 km. Paulatinamente, esta cifra ha ido aumentando hasta el año 2020, fecha en la que el crecimiento muestra signos de aceleración.
El 2016 aumentó a los 233 km. El siguiente año se situó en 267 para llegar en 2018 a los 304 km. En 2019 y 2020 la cifra se ha estabilizado en torno a los 336 y 338 kilómetros respectivamente. El motivo de este freno aparente es la llegada de un gran número de coches o utilitarios con baterías más reducidas y autonomías pensadas para el uso urbano.
Podemos sumar la opinión autorizada del profesor Maximilian Fichtner, experto en baterías encargado de dirigir el departamento de sistemas de almacenamiento de energía en el Instituto de Tecnología de Karlsruhe (KIT) Baden-Wurtemberg, Alemania, quien ha concedido una entrevista en la que ha hablado entre otras cosas de los beneficios de la movilidad eléctrica y la enorme evolución que sufrirá la industria en los próximos años.
De acuerdo con Fichtner, los principales avances en el campo de las baterías se concentrarán en la densidad energética, que se incrementará notablemente gracias tanto a la llegada de nuevos materiales (por ejemplo, los ánodos de grafito y silicio tienen una densidad energética 10 veces superior a los ánodos de grafito puro) como a las mejoras estructurales de los bancos de baterías (packs).
Por ejemplo, las baterías solo contienen entre un 25 y un 30% de material de almacenamiento, mientras que el resto son carcasas, aditivos, etc. El experto afirma que en los próximos años la proporción de material de almacenamiento real podría casi duplicarse, lo que permitirá reducir los costos de producción y aumentar la capacidad de las celdas.
Fichtner cree que la tecnología del electrolito sólido es el «santo grial» de la industria de las baterías, si bien todavía hay cuestiones como los costos que deben resolverse
Por otro lado,"se necesitan estaciones de carga rápida de alto rendimiento en todos los ámbitos. Tenemos que permitir que los habitantes de la ciudad sin su propio "wallbox" puedan cargar cómodamente un coche eléctrico. En el sector de los automóviles de pasajeros, el automóvil eléctrico tiene la mejor huella de carbono; por lo tanto, debemos asegurarnos de que prevalezca la movilidad eléctrica".
Desde China apurando a Europa y USA el coche eléctrico va ganando espacio y, con él, la autonomía va dejando de ser un problema y una barrera de acceso.
Únicamente falta igualar el número y distribución de los puntos de carga con el de la red de estaciones de servicio existentes, para conseguir una movilidad cero emisiones dentro y fuera de las ciudades.
La dependencia energética y la calidad del aire de las naciones está en juego, un mundo libre de ataduras no sólo será un lugar más saludable y comprometido con el medioambiente, sino más libre e independiente de anacrónicos y controvertidos vínculos.
Ing. Ricardo Berizzo
Cátedra: Movilidad Eléctrica
U.T.N. Regional Rosario 2021.-
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