Niklas Joensen, Gerente General de Lime para la región nórdica, nos da una idea de por qué los e-scooters, con una regulación más refinada, pueden actuar como catalizadores en el viaje a ciudades neutras en carbono.
La crisis climática es real. La necesidad de soluciones y nuevas tecnologías para reducir la contaminación del aire y las emisiones de carbono es, sin duda, urgente. Los países y las empresas de todo el mundo están estableciendo objetivos ambiciosos, pero ¿son suficientes? ¿Estamos actuando lo suficientemente rápido?
Copenhague, una ciudad que me enorgullece llamar hogar, recientemente se estableció el ambicioso objetivo de convertirse en carbono neutral para 2025. Dinamarca se ubicó en el primer puesto del Índice de Desempeño del Cambio Climático en 2019 y ya está a la vanguardia en lo que respecta a la lucha contra el cambio climático.
Sin embargo, los objetivos ambiciosos de la ciudad como este requieren acción a nivel de base y todos nosotros - comunidades, empresas y ciudades - necesitamos trabajar juntos. La frase "se necesita un pueblo para criar a un niño" definitivamente es verdad aquí; La crisis climática nos llevará a todos a resolver.
Las nuevas formas de movilidad son una forma en que todos podemos hacer cambios pequeños pero impactantes todos los días. Los scooters eléctricos llegaron por primera vez a las calles de Copenhague hace poco más de un año y tienen un papel importante que desempeñar para reducir la dependencia de las personas en los automóviles para viajes cortos. Con una longitud de viaje promedio de 1,5 km, los scooters son una forma sostenible, accesible y asequible de abordar el problema de la "primera y última milla" y pueden conectar a las personas con los centros de transporte para desplazarse o simplemente hacer mandados.
En ciudades como París, que a menudo se ve como el epicentro mundial para la adopción de un e-scooter, los e-scooters han reemplazado 1.2 millones de viajes en vehículos motorizados y han evitado que se emitan más de 330 toneladas de CO2 a la atmósfera, según un informe independiente. Las proyecciones también indican que para 2030, la creciente adopción de scooters electrónicos podría evitar más de 10,000 toneladas de emisiones de CO2 y 300 kg de contaminación local por partículas anualmente. Un informe separado, en Oslo, mostró que el ocho por ciento de los viajes en e-scooter reemplazan un viaje en automóvil, cifras que seguramente no podemos ignorar. Los datos de Lime muestran que los viajes en scooter electrónico en la capital danesa han ahorrado más de 32 toneladas de CO2 que se emiten a la atmósfera, y aproximadamente la mitad de los conductores usaron los scooters en combinación con alguna forma de transporte público.
Los E-scooters merecen un lugar creíble dentro de los planes de la ciudad para la movilidad y el transporte sostenibles. Con los avances en la industria, como el aumento de la vida útil del scooter (ahora a los 18 meses), la electrificación de los vehículos de apoyo y el 100% de los depósitos de energía renovable, la industria está haciendo su parte justa para reducir su impacto.
La regulación inteligente del e-scooter es una forma en que las nuevas formas de movilidad pueden incluirse con éxito y tener la oportunidad de tener un impacto en los objetivos climáticos de la ciudad. En este momento, en Copenhague, una mejor regulación puede ayudar a incentivar buenos comportamientos y prácticas sostenibles mediante el establecimiento de reglas "dirigidas al desempeño" para que todos las sigan. Por ejemplo:
Limitar la cantidad de compañías de scooters que pueden operar y priorizar solo a aquellos que mantienen los más altos estándares de sostenibilidad es clave para garantizar que las operaciones de scooter no cancelen el impacto positivo. Los permisos de la ciudad para operar solo deben otorgarse a las empresas que cumplen con estos altos estándares
Las ideas y el intercambio de datos anónimos deben estar en el centro de la regulación inteligente. Las compañías de scooters electrónicos tienen acceso a información que puede tener un impacto enormemente positivo en las ciudades y ayudar a dar forma a futuros planes de infraestructura ecológica, como nuevos carriles para bicicletas.
Las ciudades deben tener el poder de exigir el estacionamiento administrado de e-scooter en áreas de alto uso peatonal.
Los objetivos climáticos ambiciosos solo se pueden alcanzar juntos, ya que toma acciones consistentes y colectivas para impulsar un cambio duradero. Los E-scooters representan estas acciones pequeñas pero sostenibles y los números y la cantidad de CO2 ahorrada es una prueba de que debemos adoptar estas nuevas formas de transporte, darles espacio para florecer y regularlas con sensatez para elevar el estándar.
Fuente: https://www.intelligenttransport.com/transport-articles/96717/
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