Implementación de la movilidad eléctrica: la aviación civil eléctrica


Estimados Amigos de los vehículos eléctricos, en esta oportunidad comparto con Uds.
un artículo propio relacionado con la implementacion de la aviación eléctrica.

Saludos cordiales
Ing. Ricardo Berizzo
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Implementación de la movilidad eléctrica: la aviación civil eléctrica

 

Los hermanos Wilbur y Orville Wright fueron los primeros hombres en lograr que un aparato más pesado que el aire, controlable y con motor se sostuviera en vuelo. El primer vuelo fue por sólo 59 segundos en 1903, en Ohio, Estados Unidos. Esto se considera el inicio de la aviación. La aplicación de la tecnología del motor de combustión a pistón y posteriormente el motor a reacción posibilitó desarrollar una industria pujante junto con la disminución acentuada de los tiempos de viaje punto a punto y con mayor seguridad. 

Pero el transporte aéreo sigue siendo uno de los desafíos más difíciles para el cambio climático por la cantidad de gases nocivos producto de la  combustión. La aviación es responsable del 2 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono del mundo sumado a la dispersión  de óxidos de nitrógeno y  partículas arrojadas por los aviones a altitudes de crucero que tienen un efecto sobre el calentamiento  global.

Hoy  se está desarrollando una tecnología eléctrica para la motorización  de los aviones.




Empresas como Zunum Aero, Siemens, Airbus E-Fan X, Eviation Aircraft, Boeing,  Wright Electric, Ampaire,  Joby Aviation,  MagniX,etc  están trabajando fuertemente en prototipos que servirán, en un futuro no lejano, de base tecnológica de los aviones comerciales. 


En un artículo de  la revista Nature Energy, Andreas W. Schäfer (Air Transportation Systems Laboratory,  Energy Institute, University College London) realiza algunas consideraciones  interesantes sobre el desarrollo de esta nueva tecnología aplicada.
Teniendo en cuenta que la limitación clave para el funcionamiento de las aeronaves es la densidad de energía de su combustible: cuando el espacio y el peso son escasos, se debe acumular tanta energía en el espacio más pequeño posible. En este momento, algunas de las mejores baterías de iones de litio tienen una energía específica de 250 vatios-hora por kilogramo, y que  ha demostrado ser viable en los automóviles. Pero para competir en rutas aéreas de hasta 600 millas náuticas (1080 Km) en un avión de tamaño Boeing 737 o Airbus A320, Schäfer estimó que una batería debería tener, como mínimo, una energía específica de 800 vatios-hora por kilogramo. El combustible para aviones, en comparación, tiene una energía específica de 11,890 vatios-hora por kilogramo.
Si bien se necesitaría una batería significativamente más potente para alimentar un avión de pasajeros transcontinental, las rutas más cortas siguen siendo un objetivo prometedor. Los vuelos de menos de 600 millas náuticas representan aproximadamente la mitad de las salidas globales, y tienen un impacto ambiental excesivo.


A cortas distancias, el determinante  de la contaminación es el despegue", dijo Schäfer. Se estima que el consumo en el despegue es 35%  mayor que el consumo normal de velocidad crucero, este consumo dura unos minutos hasta que el avión alcanza su altura de crucero.
Podemos inferir que por la energía requerida para llegar a una altitud dada, los aviones son menos eficientes  en vuelos cortos.

La eficiencia por pasajero aumenta gradualmente con la distancia recorrida, pero disminuye nuevamente en los viajes de larga distancia, ya que la aeronave también tiene que transportar  más energía para mover el combustible requerido para el vuelo.

Si todas las aeronaves en rutas cortas se electrificaran, se reduciría el uso de combustible de aviación en un 15 por ciento, según el estudio.
Se estima que las densidades de energía de las baterías han aumentado entre un 3 y un 4 por ciento por año en los últimos años. Si esta tendencia continúa a este ritmo, tendremos una batería de 800 vatios-hora por kilogramo a mediados de siglo, a menos que haya un gran avance.
Sin duda, es un largo camino, pero debido a que el tiempo de vida útil de una nave es prolongado, los aviones tienden a durar entre 20 y 30 años, debemos desarrollar fuertemente estas tecnologías ahora para que estén disponibles en 2050 o antes.

Un paso en esta dirección podría ser un avión híbrido-eléctrico, pero esos diseños todavía producen gases de efecto invernadero y también dependen de baterías baratas y potentes.


Como ejemplo de aplicaciónen en corta distancia, podrìamos citar a la empresa noruega OSM Aviation, dedicada al entrenamiento de pilotos de avión, que  ha realizado una compra de 60 aviones eléctricos.El costo de realizar una hora de vuelo con un avión eléctrico es de 18 euros, frente a los 97 euros de un modelo convencional. Actualmente la flota de OSM Aviation consta de 20 aviones, la mayoría de ellos Cessna 172, uno de los aviones de entrenamiento más populares del mundo. El modelo eléctrico puede permanecer en el aire durante tres horas antes de tener que descender a tierra.    (Fuente:OSM Aviation)
 

La otra variable clave, por supuesto, es el costo. El combustible de avión (JP1) es barato en este momento y las baterías son caras. Si el precio del combustible para aviones sube y bajan los precios de las baterías, será más fácil para los eléctricos competir. Sin embargo, también se debe tener en cuenta el costo de la electricidad.

Un impuesto al carbono de u$s 100 por tonelada de CO2, que se traduce en u$s  0,97 por galón (3,8 lts.) de combustible de avión, equilibraría el precio de la electricidad para la aeronave totalmente eléctrica de primera generación, con una batería de energía especifica de 800 Wh/ kg a los niveles observados  hoy dentro de U.S.A,  principalmente si la electricidad se produce a partir de fuentes renovables.

Esto sugiere que las políticas que apoyan tanto la electricidad baja en carbono como la introducción de un impuesto sobre el carbono pueden ser un requisito  para la introducción de una aeronave totalmente eléctrica en un lapso mas corto. 

Probablemente pasarán décadas antes de que se pueda reservar un vuelo comercial alimentado únicamente por electricidad.

Pero vale la pena esperar el despegue,……………………..a ajustarse los cinturones.

 

Ing. Ricardo Berizzo

Docente  cátedra Movilidad Eléctrica

U.T.N. Regional Rosario

 



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¿De dónde saldrá la energía para tanto coche eléctrico?


Estimados Amigos de los vehículos eléctricos, en esta oportunidad comparto con Uds.
un artículo sobre energia y Ve´s.

Saludos cordiales
Ing. Ricardo Berizzo
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¿De dónde saldrá la energía para tanto coche eléctrico?

Que el coche eléctrico ya está aquí y ha llegado para quedarse es una obviedad. Ahora, la incertidumbre estriba en pronosticar cuál será la penetración real de los vehículos eléctricos en el futuro, aunque ya existen diversos estudios científicos en esa dirección que plantean un crecimiento exponencial. Los escenarios de penetración para España que se derivan de ellos estiman que en 2020 circularán cerca de 120.000 vehículos eléctricos, que aumentarían hasta los 2,5 millones en el año 2030.

En el escenario actual, la gran mayoría de automóviles eléctricos que circulan por nuestras carreteras son vehículos híbridos no enchufables que combinan motor térmico de gasolina/gasoil y motor eléctrico, pero en el medio plazo prácticamente todos serán híbridos enchufables o puramente eléctricos. Estos últimos dispondrán de una batería eléctrica de mayor tamaño, en función de su autonomía, que necesitará ser recargada a través de la red eléctrica. Esa recarga masiva de baterías de litio tendrá un indudable impacto técnico y económico en el sistema eléctrico, tanto en la operación de éste como en los posibles refuerzos necesarios de la actual infraestructura eléctrica.

Distintos proyectos de investigación a nivel nacional e internacional tratan de evaluar este impacto y proponer soluciones, como por ejemplo el proyecto Europeo MERGE (Mobile Energy Resources of Electricity), en funcionamiento desde hace 10 años y en el que participa la empresa española Iberdrola. La magnitud de este impacto dependerá de cuándo, dónde y cómo se realice la carga.

Lo más habitual será que la carga de las baterías se realice cuando el vehículo no se utilice y necesite ser recargado para un próximo ciclo de transporte, una situación que coincidirá mayoritariamente con la llegada al lugar de trabajo o con el final de la jornada laboral. El lugar donde se realice la carga dependerá de la infraestructura existente en ese momento, que bien podrá ser en el propio domicilio, en aparcamientos públicos o privados o en las denominadas "electrolineras" (gasolineras con servicio de recarga eléctrica).

Hay que tener en cuenta también que la batería del coche eléctrico se puede recargar de forma lenta o rápida, con tiempos que oscilan entre varias horas hasta media hora. El tipo de recarga determinará la cantidad de potencia que se consuma instantáneamente.

Por ejemplo, con la tecnología actual de almacenamiento eléctrico, la capacidad de una batería para un eléctrico enchufable de cuatro plazas puede oscilar entre 20 y 65 kWh. Durante el proceso de carga, la potencia eléctrica consumida variará entre 3 kW y 100 kW dependiendo de si la recarga de la batería se realiza de forma lenta o rápida respectivamente.

Lo previsible es que los usuarios típicamente tiendan a recargarlos nada más llegar a casa, al terminar la jornada laboral y las redes eléctricas están diseñadas para soportar el pico de demanda, que se produce generalmente a últimas horas de la tarde, coincidiendo con el regreso a casa de una gran parte de los consumidores.

El resultado será que el pico de recarga de los coches eléctricos coincidirán con el pico de consumo eléctrico. Ante esta situación la capacidad de las redes de distribución eléctrica actuales sería insuficiente para soportar una integración masiva del coche eléctrico mediante una recarga no controlada.

Por tanto, ante la previsión de la alta penetración del coche eléctrico, resulta más que recomendable un análisis de estrategias de su integración que permitan un uso más eficiente de las instalaciones de la red eléctrica de distribución existentes. Dentro de las posibles estrategias para optimizar la gestión de la recarga del coche eléctrico está la capacidad de decidir el momento en el que se realiza la recarga, así como la localización de los puntos en los que realizarla.

Según los expertos, para analizar el impacto de esas estrategias no basta con un análisis simplificado, sino que es necesario trabajar con un modelo detallado de la red eléctrica de distribución que incluya desde los enlaces con la red de transporte hasta el detalle de los puntos de conexión en baja tensión para la recarga del coche eléctrico.

Esta relación entre coche y energía eléctrica no es, ni mucho menos, nueva, ya que ambos crecieron juntos. En los albores de la era del automóvil, Henry Ford y Thomas Edison trabajaron conjuntamente en proyectos relacionados con vehículos motorizados y la electricidad que los hizo posibles. Pronto, Ford comenzó a aumentar sus líneas de ensamblaje, mientras que Edison se convirtió en un motor principal detrás de la red eléctrica y las empresas que la crearon y adaptaron al servicio público.

En la actualidad esas empresas eléctricas no solo deben suministrar las enormes cantidades de electricidad que consumen las fábricas de automóviles modernos, sino también alimentar el número creciente de vehículos eléctricos que salen de ellas. Si esa electricidad no se genera con un mínimo de emisiones de carbono y a un precio razonable, las ventajas de los automóviles eléctricos no serán tales.

Y, como hemos visto, debido a que la mayoría de los propietarios cargarán su vehículo a última hora de la tarde cuando llegan a casa del trabajo, los picos de demanda pueden convertirse en un problema importante.

Así que fabricantes de automóviles y redes eléctricas vuelven a tener que ir de la mano para garantizar un buen suministro de electricidad limpia y económica, mientras desarrollan estrategias de recarga que no sobrecargan los circuitos en los períodos pico, a través de una mayor eficiencia, carga estratégica y una mayor dependencia de la energía renovable.

Ya hay iniciativas en esa dirección, como incentivar a los propietarios a cargar sus vehículos eléctricos cuando la mayor cantidad de energía renovable está disponible en la red y cuando los precios de la electricidad, que pueden fluctuar significativamente, son más bajos. Un sistema que se basa en combinar el sistema de infotainment del vehículo con una plataforma de software.

Los dueños de los coches descargan la aplicación gratuita y seleccionan los tiempos de carga preferidos, al tiempo que el software calcula el mejor momento para cargar, teniendo en cuenta las preferencias del conductor, cómo se genera la electricidad y los precios de la red eléctrica.

Otras fórmulas trabajan para desarrollar una infraestructura de energía de emisiones ultra bajas: plantas de energía que proporcionen megavatios de electricidad, en gran parte generada por turbinas de gas de baja emisión. El vapor producido utilizando el calor del escape de la turbina alimentaría otro generador de turbina. Los fabricantes de vehículos comprarían el exceso de vapor y lo utilizarían para reemplazar los sistemas de calderas de altas emisiones que calientan los edificios más antiguos. Las enfriadoras de alta eficiencia proporcionarían también aire acondicionado para algunos edificios y refrigeración para los equipos. Unos paneles solares en la azotea complementarían la producción de electricidad de la planta de energía.

También se está realizando desde las empresas de automoción un esfuerzo por reducir la dependencia de la electricidad generada en plantas que quemen carbón y trabajando con empresas de servicios públicos y parques eólicos para alimentar algunas de sus plantas con un 100% de energía eólica. Por ejemplo, General Motors planea satisfacer todas sus necesidades de electricidad con energía renovable para 2050.

Otra línea de desarrollo para los próximos años está en hacer un mejor uso de la red eléctrica por parte de los fabricantes de coches. Muchos de ellos ya apuestan por plantas más modernas y sostenibles, que incluyen espacios específicos para el almacenamiento de baterías de vehículos eléctricos. Las baterías usadas se retiran de los vehículos de investigación y se reutilizan en el sistema de almacenamiento sin modificarse. Ese sistema de almacenamiento de energía puede aportar suficiente electricidad para abastecer a más de 500 hogares promedio durante un día completo. En definitiva, diferentes propuestas para lograr que la revolución del coche eléctrico aporte realmente un escenario plenamente sostenible.


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